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domingo, 10 de junio de 2018

MIS PEINADOS DE NOVIA




¡Hola a todos!Me preguntáis mucho por detalles de mi boda y es cierto que no he mostrado demasiados porque como he comentado en ocasiones anteriores, es algo tan mío y tan de Juande que queremos que siga siendo nuestro. A los invitados les pedimos que ese día se olvidaran de redes sociales, que no subieran fotos nuestras y que sólo pensaran en disfrutar. Todos lo cumplieron y han entendido que queremos mantener nuestra boda como algo que compartir con quienes más queremos, aunque algunas cosas sí que las voy a ir subiendo por aquí ahora que ha pasado un tiempo y que lo recuerdo todo como si fuese un sueño lleno de magia. Mi boda (nuestra boda, que Juande se enfada si digo que es sólo mía)fue perfecta, tal  como la soñamos en todos los sentidos. Un cuento de hadas, un día perfecto que no hubiese sido posible sin todas las personas que formaron parte de ella. Seguiré respondiendo en privado a todo lo que me preguntáis y por aquí subiré algún que otro post, pero necesitaría un año como mínimo para explicar todo lo que hicimos y vivimos en nuestra boda.

Hoy todo el protagonismo es para mi peinado de novia, o más bien, peinados de novia, porque no lucí uno, lucí dos.




Tenía claro en quién confiar para el peinado. Gregorio Porras lleva años cuidando mi pelo y el de mi madre, es nuestra persona de confianza y en un día tan especial, yo quería estar rodeada de aquellas personas que me iban a facilitar todo y que sabía que se implicarían de manera especial y personal en mi boda. Junto a Gregorio, Rafi. Los dos forman un equipo increíble, y a los dos los quería a mi lado el día de mi boda. A mi madre le pasa igual, su confianza en ellos es total, por eso ambas no dudamos en contar con su trabajo para el día de la boda, como venimos haciendo desde hace muchos años (muchos, son muchos).



Disfruté mucho de la prueba del peinado. Yo tenía mi idea clara, sabía lo que quería, pero le podía dar forma de diferentes maneras, y ahí entraba la magia de Gregorio Porras. 

Quería ser una novia "novia", lo he dicho muchas veces, quería lo tradicional y típico, y lo más tradicional en peinado es el pelo recogido. A mí una boda de princesa se me quedaba corta, yo quería una de reina y había muchos detalles inspirados en Frozen (conociéndome no podía ser de otra forma), por lo que el peinado lo quería inspirado en Elsa, y aposté por un doble peinado, como ella.(¡Que nunca falte la personalidad de los novios en una boda!) 

Sin Gregorio y sin Rafi, no hubiese sido posible. Se desplazaron a la celebración para cambiarme el peinado antes del postre y lo hicieron desde cero porque la base de mi primer peinado no servía para crear el segundo así que me "despeinaron" y me volvieron a peinar, pero vamos por partes.



El pelo lo quería recogido, no me gustan las novias con el pelo suelto. Veo chicas con el pelo suelto y van muy guapas, pero no es el peinado que a mí me gusta para ir de blanco y al altar. No quería la raya en medio porque no la veía favorecedora para novia. Para flamenca  para un recogido que no sea el centro de las miradas vale, pero para novia a mí la raya en medio no me gusta. Tampoco quería mechones sueltos ni flequillo en la cara por varios motivos. El primero es que me gustan las novias con la cara despejada, y el segundo es que si dejas mechones sueltos inconscientemente vas a estar todo el rato tocándote el pelo, y yo no quería un tic nervioso ni tener que apartarme el pelo cada 5 minutos de la cara. 



Mi recogido, al ser inspirado en Elsa tenía que llevar trenzas, y así comenzó Gregorio a crear diferentes peinados hasta que dimos con el que yo quería. Un moño bajo, muy trabajado pero moderno y nada de moño "superhecho" de esos que parecen antiguos. Elegí llevar diadema, como buena "reina" tenía que lucir algún tipo de corona. La mía fue prestada, cumpliendo así parte de la tradición, y la llevé con el primer peinado, con el segundo me la quité.El resultado... magia, mi peinado perfecto. 



Y luego llegó la segunda parte. Había que transformar el moño en una trenza, pero no una normal y corriente. Cuando llegó el tercer plato en el banquete, mi vestido cambió (os hablaré de esto en otro post) y también mi peinado. Rafi y Gregorio volvieron a hacer magia. Me hicieron una trenza preciosa, de aspecto sencillo pero muy trabajada con la que cumplía mi idea de lucir dos peinados completamente diferentes.

En resumen, cada novia es un mundo y hay gustos para todo. Yo os he contado lo que quería para mi boda. Mi vestido era tan espectacular y tan lleno de detalles, que no quería recargarlo con adornos florales en el pelo ni joyas llamativas ni un velo que no dejase ver mi cara ni mi peinado. Quería adornar el conjunto con peinados que fuesen acordes al vestido y así lo hice gracias a la magia de Rafi y de Gregorio, que estuvieron por encima de lo que les correspondía demostrando una vez más que no son sólo profesionales, son amigos con los que cuento siempre que los necesito.



Si tenéis cualquier tipo de evento, de boda (o la vuestra), o simplemente queréis tener vuestro cabello en las mejores condiciones y obtener los mejores resultados para él, no dudéis en visitar a Gregorio Porras y a su equipo porque os garantizo que todo lo que esperéis lo van a superar.

Gracias Gregorio y Rafi por todo lo que lleváis aportándonos a mi madre y a mí durante años. Es un placer pasar un ratito con vosotros y fue un placer que estuviéseis a mi lado el día de mi boda. Repetiría mil veces con vosotros. 

En instagram podéis seguirlos como @peluguregorioporras.

Gracias por vuestras visitas.

Un beso a todos

ARI 



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