¡Hola a todos! Otra fecha especial que me ha tocado pasar en este confinamiento ha sido el día de la madre, y no uno cualquiera, mi primer día de la madre siendo mamá. Mi marido es único y una vez más ha hecho posible lo imposible y me ha regalado un día inolvidable junto a nuestro hijo. No hay palabras suficientes para explicar lo que siento cuando veo que hemos formado nuestra propia familia, que nuestro bebé tiene el mejor espejo en que mirarse y con que sea la mitad de bueno y de humilde que es mi marido ya me daré por satisfecha.
Ser mamá es lo que más me gusta del mundo, jamás lo hubiese imaginado y ahora vivo en una nube de manera constante gracias a mi bebé y a lo que cada día me da: su sonrisa, sus caricias, sus miradas, sus ruiditos, el quedarse dormido en mis brazos, sus risas a carcajadas cuando juega con su padre... me hacía mucha ilusión celebrar mi primer día de la madre y aunque lo imaginé estando con la mía, las circunstancias han sido las que han sido, y aún así, ha sido maravilloso.
No podía dejar a mi madre sin regalo en un día como este, así que le encargué la tarta que veis aquí con una foto de las dos el día de mi boda. Cuando la recibió lloró como una niña, y mi padre también.
Y esto es lo que mi hijo y mi marido me prepararon para sorprenderme.
El día de antes mis padres me hicieron llegar esto que veis, cosas que me gustan mucho y que ellos no querían que me faltasen al despertarme el día de la madre. Algodón de azúcar, una tableta de uno de mis chocolates favoritos, un gel limpiador de manos que desde que he sido mamá no me falta en el bolso ni en el carrito de mi bebé y una rata de Frozen. Lloré mucho al recibir estos detalles, sobre todo porque cuando llamé a mis padres para darles las gracias me dijeron: " te mereces mucho más, pero esto es lo que hemos podido comprar en estas circunstancias". Para mí estos regalos tienen un valor incalculable.
Por la mañana al despertarme mi marido me tenía preparados churros con chocolate. Es de las pocas cosas que he echado de menos en el confinamiento y Juande se ha encargado de que no me faltarán los de mi churrería favorita en el momento en el que pudo hacer que los tuviésemos en casa. Por detalles como estos mi marido me enamora cada día más. Las acciones definen a las personas, y mi marido se define solo.
De todos los regalos que Gominola preparó para mí, os muestro primero el más especial, y os cuento porqué lo es.
Cada regalo llevaba una nota que podéis leer en las fotos. En este caso mi sorpresa al ver un regalo de Swarovski fue enorme, pero al abrirlo... Eso ya si que me hizo emocionarme.
Esta pulsera de la colección de Disney de Swarovski la quise para Navidad, pero no llegó a Córdoba ya que solo estaba a la venta en boutiques de la marca y en mi ciudad no hay, solo hay corners en El Corte Inglés. Juande llamó por teléfono a las boutiques y en todas estaba agotada y en la web también. Me enamoré de ella nada más verla y además el significado que tiene para mí es la representación de mi familia, somos 3 y 3 son las cabecitas de Mickey que componen la pulsera, uno por cada uno de nosotros: Juande, Gominola y yo. A eso le sumamos que Mickey es el personaje favorito de mi marido, que los dos somos fans de Disney y que mi bebé es nuestro pequeño ratón... Y magia... Tras mucho insistir en encontrarla, Juande lo hizo posible y aquí la tengo ya, como el regalo más especial del día de la madre.
El cierre es precioso con el cisne de la marca y la bola de cristales. Otro regalo de valor incalculable para mí, al igual que todos los detalles, como la familia gominola de la siguiente foto.
Quería la crema de almendras de Mercadona porque la utilizo desde hace años en su formato antiguo y mi marido que toma nota de todo la añadió al lote de belleza con mascarillas y con una crema de autobronceador por si este verano las playas permaneciese cerradas. Ya nos esperamos cualquier cosa.
Y si podemos pasar las vacaciones en la playa, este neceser va a ser mi compañero. En el caso de no ir a la playa le buscaré utilidad porque es una monería.
Y estas son las gominolas que me ha regalado mi gominola.
Cuando no esperas nada y recibes tanto, todo multiplica su valor. Doy gracias todos los días por los padres que tengo, por el marido que tengo y por el hijo que tengo y sigo preguntándome que es lo que he hecho tan bueno en la vida para merecer que ellos estén a mi lado.
Sin duda mi primer día de la madre siendo mamá ha sido inolvidable.
Cuando vuelva la normalidad no olvidéis que cualquier día es bueno para recordarle a vuestras madres lo importantes que son.
Y hasta aquí el post de hoy.
Un beso enorme a todos.
ARI
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